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sábado, 3 de agosto de 2019

El cuidado de los dientes


Cuando te hacen una fotografía, todo el mundo te dice: "¡Di patata!” “¡Sonríe!" Y tú lo haces –abres la boca y enseñas los dientes. Cuando te enseñan la foto, ves a una persona feliz devolviéndote la mirada. Cuanto más sanos tengas los dientes, más feliz parecerás. ¿Por qué?
Es porque tus dientes son importantes por muchos motivos. Si te los cuidas, ellos te cuidarán a ti. Si tienes los dientes fuertes y sanos, podrás masticar bien los alimentos para crecer y desarrollarte adecuadamente. Los dientes también te permiten hablar con claridad. Y sí, también te ayudan a tener mejor aspecto.

¿Por qué es importante tener unos dientes sanos?

¿Por qué te interesa cuidarte los dientes? Si te cuidas los dientes, ayudarás a prevenir la formación de la placa dental, que es una capa muy fina que se pega a los dientes. Tal vez no te preocupe demasiado el hecho de tener placa dental, pero el problema es que es muy pegajosa y actúa como un imán para las bacterias y el azúcar.
Como las hormigas en un picnic, las bacterias se enloquecen por el azúcar que tienes en los dientes y lo descomponen en ácidos que destrozan el esmalte dental, provocando la formación de unos agujeros en los dientes denominados caries. La placa dental también provoca gingivitis, una enfermedad en la que las encías se enrojecen, inflaman y duelen. Las encías son el tejido rosa y blando que tienes en la boca y que sujeta los dientes.
Si no te cuidas los dientes, no tardarás mucho en tener caries y dolor de encías. Lo pasarás mal al comer y, desde luego, no te apetecerá mucho sonreír.

Antes de que se inventara la pasta de dientes

Tenemos una gran suerte de saber tanto sobre cómo cuidarnos los dientes. Antiguamente, cuando la gente se hacía mayor, se le iban cayendo los dientes a trozos, lo que era muy doloroso. Para librarse del dolor de dientes, se los tenían que sacar. Al final, la gente aprendió que era importante lavarse los dientes, pero todavía no se había inventado la pasta de dientes. Mientras te lavas los dientes con tu pasta de dientes con sabor a menta fresca, piensa en las cosas que utilizaba antes la gente para lavarse los dientes:
  • tiza o carbón en polvo
  • zumo de limón
  • ceniza (ya sabes, lo que queda tras un incendio)
  • una mezcla de tabaco y miel.
¡Qué asco!
No fue hasta hace unos 100 años que alguien inventó una especie de crema con sabor a menta para lavarse los dientes: la pasta de dientes. El tubo de pasta de dientes no tardaría mucho en inventarse, lo que permitió a la gente poner fácilmente la pasta en el cepillo de dientes. La conducta de la lavarse los dientes se popularizó durante la segunda guerra mundial. El ejército de EE.UU. daba cepillos y pasta de dientes a los soldados, y éstos se lavaban los dientes dos veces al día. En aquel entonces, los tubos de pasta de dientes se fabricaban con metal; los de hoy son de plástico blando ¡y mucho más fáciles de manipular!
Hoy en día hay muchas pastas de dientes entre las que elegir, con multitud de colores y sabores, y hay marcas especialmente fabricadas para niños. Las personas que tienen los dientes bonitos anuncian pastas de dientes por televisión y en las revistas. A la hora de elegir una pasta de dientes, asegúrate de que contiene flúor. El flúor fortalece los dientes y los protege de las caries.
Para lavarte los dientes, no necesitas mucha pasta: con un poco de pasta, del tamaño de un guisante, basta. No es una buena idea tragarse la pasta, de modo que asegúrate de enjuagarte bien la boca después de cepillarte los dientes y de escupir cuando hayas acabado.

¿Cómo puedes tener unos dientes sanos?

Los niños pueden cuidarse los dientes siguiendo los siguientes pasos:
  • Lávatelos por lo menos dos veces al día –después de desayunar y antes de acostarte por la noche. Si puedes, lávatelos también después de la comida y después de tomar un tentempié dulce. Lavarse bien los dientes ayuda a descomponer la placa dental.
  • Cepíllate todos los dientes, no solamente los que están delante y se ven más. Dedica un tiempo a los dientes laterales y a la cara interna de todos ellos. No te cepilles las encías.
  • Dedica tiempo a lavarte los dientes, por lo menos tres minutos cada vez. Si te cuesta calcular el tiempo, utiliza un cronómetro o ponte una canción que te guste para ayudar a pasar el tiempo.
  • Pregunte a su dentista si un enjuague bucal antibacteriano de boca tiene razón para ti.
  • Asegúrate de que tu cepillo de dientes es de cerdas suaves (en el envoltorio pondrá si es suave, medio o duro). Pide a tus padres que te cambien el cepillo de dientes cada tres meses. Las cerdas de algunos cepillos cambian de color cuando toca cambiar de cepillo.
  • Aprende a utilizar seda dental, lo que es muy importante para mantener los dientes sanos. Las primeras veces que utilices seda dental tal vez te resulte extraño, pero en poco tiempo te harás un experto en su uso. Desliza la seda dental entre cada par de dientes adyacentes y a lo largo de la línea de las encías. La seda dental permite eliminar los restos de alimentos ocultos y llegar adonde no puede llegar el cepillo de dientes por muy bien que uno se lave los dientes.
  • ¡También puede cepillar la lengua para ayudar a mantener el aliento fresco!
También es importante que vayas al dentista dos veces al año. Aparte de evaluar si tienes caries o enfermedades que afectan a las encías, el dentista te ayudará a mantener los dientes superlimpios y tal vez te enseñe a sacar el mejor partido del cepillo de dientes y de la seda dental.
Para mantener los dientes sanos no sólo tienes que lavártelos bien y utilizar seda dental -también tendrás que tener cuidado con lo que comas o bebas. Recuerda que la placa dental está siempre esperando a que llegue el preciado azúcar. Come abundante fruta y verdura y bebe agua en vez de refrescos ¡y no te olvides de sonreír!

Cómo tener dientes sanos de por vida


¿Quieres evitar que el paso del tiempo te cause dientes manchados, caries e incluso caída de los dientes? Estos consejos te ayudarán a proteger tus dientes a diario, desde casa y sin grandes esfuerzos, para mantener una sonrisa brillante y reluciente por más tiempo. Son cuidados sencillos y fáciles de implementar para mantener a tus dientes sanos.
Hay muchas razones para cuidar tus dientes y tu boca, y no sólo tienen que ver con la cuestión estética. Los dientes cumplen varias funciones importantes para tu cuerpo: no sólo son útiles para morder los alimentos que ingerimos, sino que además, durante la masticación, se segregan enzimas y lubricantes que facilitan la digestión. En otras palabras, la boca es uno de los primeros pasos en el proceso digestivo. ¡Imagínate! Si no tuvieras dientes, sólo podrías seguir una dieta líquida o de alimentos triturados.
Y esa no es la única función de la boca, también es fundamental para hablar bien y, por lo tanto, para comunicarte y hacerte entender. En ese caso, es la lengua la que te permite formar las palabras con la ayuda de los labios y los dientes.
Como en otras partes del cuerpo, se pueden presentar diferentes problemas de salud en diferentes estructuras: en las encías (como la gingivitis), en los dientes (como la caries) y en la boca en general. Trastornos  como ampollas, inflamaciones, infecciones o pérdidas de los dientes, entre otros. Para prevenir o evitar estas situaciones y que puedas mantener una boca saludable, debes seguir algunos cuidados sencillos regularmente:
  • Con una pasta dental o crema dental con fluoruro, cepíllate los dientes todos los días, por lo menos dos veces al día: después de desayunar y antes de acostarte; y si puedes, idealmente también, después de cada comida y de tomar refrigerios dulces.
  • Dedícale por lo menos dos minutos a cada lavado de dientes y no dejes a ninguno afuera. Es importante que te cepilles todos los dientes y en todas sus caras (por delante, por arriba y por detrás).
  • También se recomienda que te cepilles la lengua, para mantener el aliento fresco.
  • No te cepilles las encías. El cepillo es demasiado áspero para esta piel delicada. Mejor hazles masaje con un estimulador de encías de caucho o goma o con el dedo pulgar (¡bien lavado!)
  • Asegúrate de usar un cepillo de cerdas suaves y cámbialo cada tres meses. Puede ser eléctrico o manual.
  • Utiliza hilo o seda dental por lo menos una vez al día.
  • Pregúntale a tu dentista si es necesario que utilices algún enjuague bucal antibacteriano.
  • Limita los alimentos azucarados que consumes, sobre todo entre comidas.
  • Si practicas algún deporte de contacto, utiliza equipo de protección apropiado para proteger tu cara mientras juegas.
  • Si estas tomando medicamentos, pregúntele a tu dentista si tienen efectos secundarios que puedan dañar tus dientes y, si es así, qué puedes hacer al respecto.
  • No fumes ni mastiques tabaco. Esto no sólo puede mancharte los dientes y darte mal aliento sino también, peor aún, provocarte cáncer.
    • Mira dentro de tu boca con frecuencia para ver si tienes llagas que no se curan, irritación en las encías u otros cambios.
    • Visita regularmente al dentista, al menos una vez por año, para hacerte chequeos y limpiezas.
    Recuerda que mantener una rutina de buen cuidado de la boca y de los dientes te ayuda a prevenir la aparición de caries (picaduras), la pérdida de dientes, el dolor en las encías u otros problemas a futuro, así como a mantener un aliento agradable y una bonita sonrisa. Y si tienes algún problema en los dientes o te preocupa algo relacionado con tu boca, visita a tu dentista lo antes posible para evitar complicaciones.
    El cuidar tu boca es la mejor manera de tener dientes sanos para toda la vida.

La dieta ideal para unos dientes sanos


Sabemos que lo que comemos y bebemos afecta a la salud de todo nuestro cuerpo: órganos, músculos, e incluso a nuestros dientes.
Para cuidar la salud de nuestros dientes no solo debemos cuidar la higiene bucalintroducir una serie de alimentos que nos ayuden a mantener nuestra boca en perfectas condiciones., sino que también es conveniente 

Los alimentos que nos ayudan a mantener unos dientes sanos

¿Qué tipo de alimentos debemos introducir o mantener en nuestra alimentación para asegurar nuestra salud bucal? En primer lugar, el más importante de todos: el agua. El agua es indispensable para la vida y nos proporciona una buena hidratación para todos los tejidos. Además, beber agua estimula la producción de saliva, que neutraliza las bacterias que se encuentran en la boca.
Los alimentos crujientes como las manzanas, las zanahorias o las ramas de apio comidas a mordiscos son una forma genial de limpiar la boca y los espacios interdentales. Podemos incluirlos en ensaladas o consumirlos como snacks entre horas.
La vitamina C contenida en frutas como la naranja, los kiwis o verduras como el pimiento y el brócoli también hace que sean buenas para la salud dental, ya que ayudan a mantener el colágeno en las encías.
El calcio y el fósforo forman parte de la estructura de distintos tejidos, entre ellos los dientes, y podemos encontrarlos en los lácteos y en sus derivados: yogures y quesos.

Cuidado con las caries

Las caries son las principales enemigas de una dentadura sana. Estas se crean mediante la producción de ácidos formados por la fermentación de bacterias que provienen del azúcar. Cuando consumimos azúcares, estos se distribuyen en nuestra placa dental y allí son metabolizados por microorganismos que los convierten en ácidos. La acción de estos ácidos va desmineralizando el esmalte y las proteínas del diente.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que no más de un 10% de las calorías totales de la dieta provengan de los azúcares, aunque hace poco se había pensado en reducir esta cantidad a un 5%. Debemos ser conscientes del azúcar que consumimos en nuestra dieta, tanto refinado como a través de los productos procesados, para reducir su cantidad y la frecuencia de las tomas.
Estas medidas se deben complementar con las revisiones periódicas al odontólogo y  un buen cepillado, tras cada comida así como el uso de colutorios sin alcohol y con flúor (una vez al día) y la seda dental fluorada (también una vez al día).

miércoles, 6 de julio de 2016

Salud y cuidado bucal durante la gestación



Muchos odontólogos aún tienen temor en realizarse algún tipo de tratamiento a una madre gestante, sin embargo se ha comprobado que es el necesario que una mujer embarazada se realice un control dental rutinario como parte del cuidado prenatal, pues es la única manera de prevenir infecciones bucales muy comunes en este periodo.

Se ha demostrado que no existe riesgo alguno en el segundo trimestre de gestación, así que tratamientos convencionales como curaciones simples, limpieza bucal y hasta procedimientos que requieran de anestesia se pueden realizar en este periodo.

Ya en el tercer trimestre del embarazo es un poco más complicada la atención, no tanto por los procedimientos a realizar, sino por la comodidad que requiere la paciente en la silla dental, ya que no puede estar sentada mucho tiempo ni recostada.

Los procedimientos a realizar pueden incluir anestesia de tipo local y en mínimas cantidades, eso sí no se pueden tomar radiografías por prevención, salvo que sean urgentes y tomando las precauciones debidas.

Para mantener una salud saludable durante el embarazo es preciso que se tengan presentes algunas recomendaciones como cepillar los dientes 3 veces al día y utilizar enjuague bucal e hilo dental por las noches. En algunos casos, el odontología recomendará hacer enjuagatorios con clorhexidina y topicaciones con barniz de flúor.

No olvidar hacer visitas regulares al dentista para poder prevenir posibles problemas de infección ya sea en los dientes o encías, realizar profilaxis y flúorterapia y toda orientación  sobre la forma correcta de la higiene bucal.
Odontopediatria